jueves, 20 de agosto de 2009

Violencia Contra la Mujer

En los últimos dos meses la seguidilla de muertes de mujeres en manos de sus parejas, esposos y hasta hijos es alarmante.
Evidentemente el darse cuenta que se está dentro de una relación violenta, no es fácil. Prueba de ello es que las mujeres tardan en realizar la primera denuncia, y en algunos casos, luego de tener una orden judicial de restricción para acercarse, acceden a reunirse con su victimario. No siempre pueden vivir para contar este, que resulta ser “el último encuentro”
La violencia de género, no resulta ser uno de los temas en la agenda de los padres. Es que se supone que estos temas, son hechos tan aberrantes, que no ocurren a nadie cercano, o si ocurren, tienen lugar en otros hogares. Sin embargo, así como se le debe enseñar a un niño, como algo natural, el “No” a las drogas, al alcohol en exceso, a que nadie debe tocar su cuerpo. También se les debe instruir sobre los zamarrones, cachetazos, o palabras que descalifiquen. “vos no sabes nada!”, “sos una entupida”, Nunca te das cuenta de nada”, “…y de donde vas a saber vos?” Tocar estos temas tan desagradables, también es prevenir. Saber que estas y otras frases parecidas, anteceden o dan cuenta de que se esta inmersa en la una relación violenta.
Cuando se educa a una niña con estas frases descalificantes, en la familia de origen, resulta más difícil de advertir el maltrato de un extraño o incluso en un vínculo de pareja.
Otra de las señales que suelen no ser advertidas a tiempo, son los celos extremos, el control sobre la vestimenta, la descalificación respecto a amigas, familiares y vecinos que llevan como único objetivo apartar a la victima de toda relación que no sea con el victimario.
No importa la edad de la mujer en cuestión, incluso ya las crónicas policiales, se han nutrido de muerte de jovencitas a las que sus novios no le aceptaban el terminar la relación; y fueron muertas a puñaladas.
Por eso, madres, amigas íntimas, hermanas, profesoras, tías, hermanos, todos pueden ayudar a detectar estas relaciones antes de que “la sangre –verdaderamente- llegue al río”.
Cuando una mujer no puede pedir ayuda, -y no porque- “le gusta”, sino porque el temor la paraliza o porque el no tener donde ir con niños pequeños es mas fuerte. Pueden hacerlo sus familiares o amigos. Las comisarías de la mujer, el gobierno de la ciudad o ONG en diferentes países destinados a mujeres con esta problemática, puede ser una verdadera diferencia entre salir de estas relaciones o morir asesinadas.
No hay que callarse, nunca hay que callarse cuando oímos mujeres, niños o ancianos gritar porque están siendo maltratados. La próxima vez que escuches en la madrugada a una mujer pedir socorro, no pienses que es un problema domestico o privado. Puede que debas lamentar, no haber parado la última trompada que la mato.
Si estas en Buenos Aires, Argentina llama al 137. NO DUDES!