lunes, 5 de noviembre de 2007

¿Qué es la Adolescencia?

Reseña Curricular: La Lic.Vazquez, es egrasada de la UBA, se desempeña como psicologa escolar, cuenta con una experiencia por de mas de 20 años con este grupo etareo al igual que en discapacidad y familia.
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Agradecemos su desinteresada colaboración.


La adolescencia es una construcción histórica y social que excede el fenómeno biológico a partir del cual se configura: la pubertad.
La adolescencia es a menudo confundida con la pubertad. De este modo, las crisis, los conflictos, las inestabilidades que a veces presentan los jóvenes durante esta etapa de la vida, son atribuidas a los cambios biológicos, cuando en gran medida, esos fenómenos se hallan condicionados por el significado que socialmente se otorga a dichos cambios y por el lugar social que se asigna al grupo de edad que los atraviesa.
La adolescencia es inexistente como tal en muchas sociedades y relativamente reciente en la historia occidental.
Para las Ciencias Sociales no hay un modo único de ser adolescente sino identidades diversas que se definen a partir de relaciones sociales con los adultos y con otros grupos de adolescentes en contextos concretos.
En nuestra cultura, el surgimiento de la adolescencia como periodo de edad especifico, es producto de diferentes factores. En primer lugar, el aumento de la esperanza media de vida hasta edades avanzadas, que posibilita a los adultos permanecer activos por mas tiempo. A esto, se suma un grado de desarrollo social, que torna cada vez mas compleja la tecnología y el mundo de representaciones que los jóvenes deben aprender a dominar. Todo esto, determina que la incorporación al mundo adulto, solo pueda lograrse luego del cumplimiento de una “moratoria”, pues se define al joven como sujeto vulnerable que requiere una prolongada supervisión adulta.
Idealmente, la “moratoria” que caracteriza a la adolescencia en nuestra sociedad, tiene el carácter de un periodo preparatorio que se realiza dentro del sistema educativo. Sin embargo, ésta no se cumple en los mismos términos para todos los jóvenes, presentando diferencias según el sector social que se considere.
Es frecuente que los jóvenes de sectores populares transiten esta etapa de la vida fuera del sistema educativo formal.
Si bien no se puede universalizar la categoría “adolescente” interpretándola unilateralmente desde la perspectiva de los sectores sociales medios y altos, es importante tener en cuenta que los jóvenes de sectores populares recorren procesos emocionales y afectivos propios de la edad y participan de una sociedad que propone masivamente determinados modelos juveniles, por lo cual, comparten valores, deseos, proyectos y temores.
Frecuentemente se aborda la problemática de los jóvenes de bajos recursos, imaginando que sus conflictos se centran casi exclusivamente en la necesidades de orden material y en las carencias afectivas a nivel familiar, y si bien esto es una parte muy importante de su realidad, viven su realidad cotidiana como personas integrales y procesan deseos, fantasías, ilusiones, con relativa autonomía de sus condiciones de vida.
Para la Psicología la adolescencia es un momento de cambio que implica una crisis vital, un pasaje desde viejas identificaciones a nuevas identidades. Al desconcierto originado en las intensas transformaciones en su cuerpo, el adolescente responde con un activo proceso de operaciones simbólicas, que reestructuran su aparato psíquico.
De acuerdo con Aberastury durante esta etapa se elaboran 3 duelos básicos:
• El duelo por el cuerpo infantil
• El duelo por la identidad y el rol infantil
• El duelo por los padres infantiles, es decir, el duelo por la imagen con que se percibía a sus padres durante la infancia.
La elaboración de estos duelos permitirá que el adolescente continúe con su desarrollo.
De la articulación entre los argumentos de su dramática inconsciente y los atravesamientos de la realidad social, deberá surgir un proyecto de vida.
El quiebre del marco de continencia socio afectiva, la caída de los valores de solidaridad social y la fractura de modelos paternos, imponen al joven una realidad tan tumultuosa como su propia interioridad. Se hace síntoma, con la carencia de un proyecto creador de sentidos, instalándose lo que se denomina: adolescente en riesgo.
Rubén Efron en su artículo “Escuchar al niño” plantea: “Frente a la realidad compleja y amenazante a la que se confrontan estos jóvenes, la visibilidad de un futuro implica resistir contra la propia pasividad y contra los obstáculos exteriores. Es así, que van construyendo resistencias que pueden ser de dos tipos: la resistencia simbólica y la resistencia mortífera”.
En la resistencia simbólica por vía de la participación y el protagonismo amplían el campo de su subjetividad, hacen efectivo su derecho a la libertad de asociación y de expresión, se apropian creativamente de su subjetividad desarrollando la posibilidad de un pensamiento critico y constructivo.
En la resistencia mortífera quedan atrapados en el mundo de la droga, la violencia y la destructividad. Si bien puede contener esta posición una actitud critica, esta es de carácter destructivo.
Ambos tipos de resistencias pueden coexistir en un mismo sujeto ya sea en distintos momentos vitales o en el mismo tiempo pero en diferentes circunstancias.
Conclusión : Es frecuente que los adolescentes despierten en los adultos sentimientos contradictorios. Por tal motivo es importante que los adultos reflexionen sobre las reales necesidades de los jóvenes y discrimen, autoridad de autoritarismo, contención de sobreprotección y libertad de “dejar hacer”.
Desde las instituciones, como la escuela por ejemplo, se debe construir la posibilidad de escucha, lo cual implica estar atento a todas sus manifestaciones tanto lingüísticas como físicas, emocionales, como así también a su contexto familiar, social y comunitario.

Lic. Noemí Vázquez